Casa Museo José Alfredo Jiménez

A 20 minutos de Guanajuato capital por la libre  «ahí nomás tras lomita… está Dolores Hidalgo» y la casa natal de José Alfredo Jiménez adónde siempre me dan ganas de volver.

Además de ser el lugar donde se dio «el  grito de independencia», Dolores Hidalgo es el lugar donde nació y vivió sus primeros años el compositor y cantante de música ranchera José Alfredo Jiménez. Sus canciones llevan el sello del sentir mexicano y son reconocidas y admiradas en el mundo entero.

 Visité dos veces  esta pintoresca casa de una sola planta ubicada en una esquina frente a una escuela y a una calle de la histórica Iglesia de Dolores Hidalgo. Su construcción es sencilla y por eso  tan luminosa, agradable y alegre con sus paredes pintadas de amarillo y carmín.

Las Casas/Museo me fascinan, son mi tipo de museo favorito porque se parece a un viaje a través del tiempo directamente a la cotidianeidad de personas a las que admiro. Esa cercanía con la esencia de alguien querido que de otra forma no es posible lograr

En la primera sala nos recibe la obra del pintor Octavio Ocampo que nos va a retener un buen rato admirando los detalles y descifrando las referencias a la vida y obra de José Alfredo Jiménez.

Para ver a José Alfredo la distancia ideal de observación es 3 metros. Si nos acercamos veremos una cantidad de detalles y significados que nos dejarán admirados. Les recomiendo solicitar los servicios de un guía para no dejar escapar ningún detalle de esta pintura.

Enseguida entramos en una sucesión de salas muy cálidas con fotos en tamaño natural, con vitrinas que resguardan los más variados objetos que formaron parte de la vida del compositor.

Triciclo de José Alfredo – Año 1929
José Alfredo niño

Objetos de especial atractivo son los papeles donde se plasman momentos a puño y letra: contratos de trabajo, telegramas y hasta la anotación de una partida de dominó.

Contrato de Trabajo – Año 1953
Telegrama
Partida de dominó

El museo cuenta con una sala donde los visitantes  pueden escuchar en forma individual con auriculares todas las canciones digitalizadas de José Alfredo Jiménez.

Su vida

José Alfredo Jiménez nació en Dolores Hidalgo, Guanajuato. Era hijo de Agustín Jiménez Aguilar, boticario del pueblo de posición acomodada que falleció cuando el pequeño José Alfredo tenia 10 años. La mamá,  Carmen Sandoval, se hizo cargo de la botica sin éxito debido a su corta edad y poca experiencia. Buscando mejores oportunidades la familia emigró a la ciudad de México donde abrieron una tienda de abarrotes que pronto llegó a la quiebra. José Alfredo jugaba al fútbol, escribía canciones y trabajaba de mesero. Fue en este trabajo cuando conoció a quien le grabó su primer canción. A partir de ese momento su vida cambió y se dedicó a componer canciones, a cantar en bares y salir de gira. También empezó a beber alcohol, hábito que lo llevaría a una muerte temprana.

Su inspiración eran sus propias vivencias, sus amores, las mujeres y el alcohol. Se casó con Paloma Gálvez con quien tuvo dos hijos. La fama lo relacionó con varias mujeres del espectáculo quienes eran también sus musas. Tres años antes de su muerte le diagnosticaron cirrosis pero José Alfredo eligió tomar hasta el último día. Según sus propias palabras prefería «estar tomando un año que cinco años sin tomar» decisión que lo llevó a aparentar 60 años cuando en realidad tenía 47.

 Falleció el 23 de noviembre de 1973 en la Ciudad de México. Fue enterrado dónde él quería en el Panteón Municipal de su pueblo natal.  Su tumba fue muy sencilla durante los primeros cinco años después de su muerte. En 1998, con motivo del 25 aniversario luctuoso del cantautor se construyó un monumento llamado «Sarape y sombrero» que refleja su grandeza. Fue realizado por el arquitecto mexicano Javier Senosiain, esposo de la hija del intérprete, Paloma Jiménez Gálvez.  Consta de un sarape de 20 metros de largo sobre el que está montado un sombrero de charro de 11 metros de diámetro. La forma del sarape simboliza la sierra de Guanajuato. En cada color está escrito el nombre de una canción (hay 119) de su autoría. El epitafio que él mismo eligió es: «La vida no vale nada».

El ambiente dentro y fuera de la casa es muy tranquilo. Si les gusta la música de José Alfredo Jiménez vayan con tiempo porque hay mucho para ver, oír y disfrutar. En mis dos visitas (años 2009 y 2011) encontré en la gente del museo personas muy amables y comprensivas. En la primera visita permitieron el acceso de Isi y en la segunda visita pudieron entrar Isi y Cuba, obviamente en nuestros brazos.

En esta última visita tuvimos el plus de conversar con José Azanza Jiménez, sobrino de José Alfredo y director de la Casa/Museo.

Ubicación:



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