El legado del Padre Tembleque, uno de los ingenieros hidráulicos más destacados del México colonial, sigue vivo en la actualidad. Su obra maestra es una impresionante muestra de ingeniería y colaboración comunitaria. Este post es un viaje por la historia de este gran proyecto y su conexión con la ciudad de Puebla.
¿Quién fue el Padre Tembleque?
Fray Francisco de Tembleque fue un fraile franciscano español que llegó a la Nueva España a mediados del siglo XVI de quién sólo se sabe con certeza que a su llegada a América adoptó el nombre de un santo (San Francisco de Asís) y tomó como apellido el nombre de su pueblo natal, la localidad de Tembleque, en Toledo, España. Su mayor contribución fue el diseño y construcción del Acueducto que hoy tiene su nombre, un proyecto monumental que llevó agua desde los manantiales de Zempoala hasta Otumba y Tecámac, en el actual Estado de México.
El Acueducto del Padre Tembleque
Construido entre 1553 y 1570, el acueducto es una obra maestra de la ingeniería hidráulica colonial. Con una longitud de más de 48 kilómetros, incluye impresionantes arquerías que demuestran un profundo conocimiento de la ingeniería y la colaboración entre los indígenas locales y los frailes franciscanos. El acueducto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2015.
Características técnicas
- Longitud: 48.22 kilómetros.
- Arcos: Cuenta con 68 arcos principales, siendo el más alto el Arco Mayor, con una altura de 39 metros.
- Materiales: Piedra volcánica y argamasa.
Impacto cultural y social
El acueducto no solo solucionó problemas de suministro de agua, sino que también fortaleció los lazos entre las comunidades indígenas y los colonizadores. Esta obra es un testimonio de la capacidad de colaboración y el ingenio humano.
En mi paso por Otumba…
En mi paso por Otumba, pude visitar uno de los extremos de la colosal obra del Padre Tembleque. El aljibe terminal está a pie de calle protegido por un muro de cristal.
El Padre Tembleque en Puebla
El Padre Tembleque, ya de edad avanzada y apunto de perder la vista, se trasladó a Puebla de los Ángeles. Ciego, ayudado por un lazarillo que intentó asesinarlo, el Padre pasó sus últimos días en el Convento de San Francisco de Puebla, donde falleció entre 1589 y 1590. Investigadores interesados en la vida y obra del Padre Tembleque lograron confirmar consultando documentos en su tierra natal que su verdadero nombre fue Miguel y además, después de un proceso de documentación y análisis de los planos del edificio religioso, la investigación apuntó a que el padre debió ser sepultado a espaldas del altar de la Virgen Conquistadora de dicho convento, donde actualmente se encuentran los restos del beato Sebastián de Aparicio, que a 400 años de su fallecimiento, permanece conservado y expuesto en una urna de cristal.
En 2015 fue colocada en la barda atrial del Convento de San Francisco de Puebla una placa de azulejos de cerámica de talavera poblana para indicar que ese sitio fue la última morada del Padre Tembleque.
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