DE LA CASA DE PABLO NERUDA AL CONGRESO NACIONAL EN VALPARAÍSO, CHILE

El viaje a Chile no tenía ningún itinerario establecido. Compramos un boleto Mar del Plata – Viña del Mar y allí nos dejó el autobús un día después.

Ni siquiera teníamos una reservación en hostel. Llegamos cuando la tarde se hacía noche y fuimos abordadas por la gente de turismo que se encarga de ofrecer alojamiento a los recién llegados. Subimos a un taxi y en cinco minutos estábamos rentando un departamento por una semana a pocas calles del Océano Pacífico. Me gustaba pensar que habíamos viajado de mar a mar.

Viña del Mar es una ciudad costera y turística muy parecida a Mar del Plata en su dinámica. Me sorprendió el respeto de los automovilistas dando prioridad a los peatones en todo momento al punto de sentirme culpable por hacerlos detener la marcha cuando mis pasos se acercaban al cruce de las calles.

Durante aquellos días visitamos la Quinta Vergara, sede del famoso Festival de Viña del Mar que se realiza cada febrero y convoca a los referentes de la música popular del momento.

Fuimos a las Playas de Reñaca, a veces con un clima no muy amigable pero siempre es bonito sentarse en la arena a mirar el mar y respirar aire puro.

Uno de mis placeres viajeros es visitar las Casas-Museo. Tienen la magia de un encuentro, a destiempo, pero encuentro al fin, con quien vivió entre esas paredes. De las tres casas de Pablo Neruda en Chile (La Chascona en Santiago y la Casa de Isla Negra) la que estaba más cerca era “La Sebastiana” en Valparaíso. Desde Viña del Mar tomamos un colectivo local que a toda velocidad bordeó el camino costero hasta empezar su zig-zag en altura y llegar a Ferrari 692 en el Cerro Florida.

Enseguida me atrapó la cantidad de cuartos, escaleras y recovecos. Las ventanas tienen una vista increíble de la bahía de Valparaíso. Lo que recuerdo con más nitidez es el pequeño altillo-biblioteca y un poster de Walt Whitman en la puerta. Al final de la tarde, dejamos la casa de Pablo Neruda llena de tantas chucherías, colecciones de caracoles, libros e historias y volvimos a Viña del Mar.


«¡Escaleras! Ninguna ciudad las derramó, las deshojó en su historia, en su rostro, las aventó y las reunió, como Valparaíso. Ningún rostro de ciudad tuvo estos surcos por los que van y vienen las vidas, como si estuvieran siempre subiendo al cielo, como si siempre estuvieran bajando a la creación. ¡Escaleras que a medio camino dieron nacimiento a un cardo de flores purpúreas! ¡Escaleras que subió el marinero que volvía del Asia y que encontró en su casa una nueva sonrisa o una terrible ausencia! ¡Escaleras por las que bajó como un meteoro negro un borracho que caía! Escaleras por donde sube el sol para dar amor a las colinas!Si caminamos todas las escaleras de Valparaíso habremos dado la vuelta al mundo.» (Confieso que he vivido – Pablo Neruda)


El segundo viaje a Valparaíso también fue al azar. Tomamos un colectivo y nos bajamos donde nos pareció interesante: un edificio grandísimo que destacaba entre las casitas bajas del paisaje costero. Nos metimos a investigar y resultó ser el Congreso Nacional que por motivos de descentralización, tiene sede en esta ciudad desde 1990 cuando se reiniciaron las actividades parlamentarias después de muchos años de receso debido al régimen militar.

Junto a nosotras llegaron dos señoras chilenas con la misma actitud curiosa y enseguida nos hicimos grupo.

Alguien nos comentó que estaba por empezar una visita guiada y nos invitó a unirnos al recorrido. Así fue como conocimos el Salón de Honor y demás recintos de importancia en la vida política chilena. Luego nos escabullimos con nuestras nuevas amigas por un ascensor y llegamos al quinto piso donde nos asomamos y decidimos regresar antes de que nos regañen y riéndonos de nuestra aventura edilicia. Otra tarde de recorrido improvisado que terminaba bien.

Hace muchos años de este primer viaje fuera de Argentina. Quedan más recuerdos que fotos: el cruce de la Cordillera de los Andes por tierra, las 26 curvas de “Los caracoles” que en ese momento me parecieron interminables y peligrosas. Claro, aún no conocía México!

Las pocas horas en Mendoza y las ganas de conocer más, la interminable pampa argentina, los pueblitos de la provincia de Buenos Aires, la noche y el día arriba de un autobús y el regreso a la costa este del cono sur.


El copyright del artículo «De la Casa de Pablo Neruda al Congreso Nacional en Valparaíso, Chile», publicado en http://www.patadeperroblogdeviajes.com pertenece a Paula Ithurbide. Es necesario el consentimiento expreso de su autora para la publicación o reproducción, parcial o total, a través de medios impresos, online o a través de cualquier otro medio o formato.

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