La cocina donde se creó el mole poblano

El Ex-Convento de Santa Rosa tiene la cocina más bella del Estado de Puebla y se ha convertido en un ícono de la gastronomía nacional.

Así se creó el mole…

Raúl Gil Mejía, Las «Rositas» de Puebla en la cocina del ex convento

Este platillo orgullosamente poblano nació allá por el año 1700 cuando Sor Andrea de la Asunción, internada en el convento de Santa Rosa de Lima, buscaba un nuevo platillo para agasajar al  virrey  español don Thomas Antonio, quien se encontraba de visita en Puebla.

Sor Andrea fue tomando varios ingredientes:  chile mulato, chile ancho, pero notó  que  el resultado era muy irritante y empezó a rebajarlo con cosas amargas como el cacao, almendra, y chocolate. En esta  mezcla de ingredientes le agregó tortilla quemada y también  anís. El mole es una mezcla de 4 picantes, 18 ingredientes y  una especie más que era el pollo o guajolote.

Así fue como nació este platillo cuyo nombre surgió por  un error de pronunciación: el aroma de la mezcla que se cocinaba fue percibido por  las demás monjas que al ver a Sor Andrea en uno de los metates, rompieron el voto de silencio, y exclamaron:  «que bien mole, madre el chile» . A lo que Andrea respondió: «es muele el chile, no mole el chile, por Dios pero gracias por darle el nombre a mi platillo».

Increíble sensación estar en esta cocina. ¡Me encantó!

Esta exquisita comida barroca, fusión de la gastronomía indígena y colonial contó con el reconocimiento del  virrey, quien en agradecimiento por tan delicioso platillo  quiso  premiar a las creadoras del mole y mandó   forrar toda la cocina en azulejo de talavera poblana.

El Convento de Santa Rosa

 Fue construido en el siglo XVII como beatario para monjas dominicas; luego funcionó como convento bajo la advocación de Santa Rosa de Lima. En su magnífica cocina, se funden dos símbolos poblanos: la talavera y el mole.

El Centro Cultural incluye un Museo, con una muestra de las artesanías elaboradas en Puebla, organizadas por regiones: trajes típicos y vestimentas antiguas, metales de Amozoc, un altar de muertos de Huaquechula, bordados de la Sierra, máscaras de madera, etc.

Actualmente el ex-convento se encuentra en remodelación y no se puede acceder al patio y otras áreas tan interesantes. Qué bueno que la cocina permanece abierta al público a pesar de los trabajos en el resto de la construcción.

Leyenda

Hay quienes se han llevado un buen susto porque se dice que a veces por los pasillos del ex convento se ve caminar a Santa Rosa de Lima y a Sor Andrea de la Asunción. Bueno pues yo sí me asusté porque venía entusiasmada a asomarme a un vidrio que me permitiría ver el famoso patio del convento y veo las figuras de las dos monjas y la verdad sí me espanté. ¿Qué opinan?

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